Pocos dulces caseros son tan deliciosos como un esponjoso y húmedo bizcocho de chocolate. Perfecto para cumpleaños, ocasiones especiales, o simplemente para satisfacer un antojo de diario.

Las recetas pueden cambiar ligeramente, pero siempre vas a encontrar algo bueno en un bizcocho de chocolate, sobre todo si sigues las recetas que te proponemos a continuación.

Así que si tienes un amante del chocolate cerca, prepárale uno de estos bizcochos de chocolate. Si han tenido un mal día, les alegrarás el día, y si han tenido un buen día, entonces este postre de chocolate es una gran manera de celebrarlo con ellos.

Listado de recetas de bizcocho de chocolate caseros:

Bizcocho y chocolate: Todo un placer

El chocolate y el bizcocho son dos de los mejores placeres que hay en la vida, así que, ¿por qué no unirlos?

El clásico bizcocho de chocolate es suave, tiene una miga esponjosa, y tiene un intenso sabor a chocolate gracias al cacao puro.

Perfecto tanto para el té o el café de la tarde, como para un lujoso postre, es una verdadera delicia que satisfará todos tus antojos dulces, sin estragarte.

Sirve el bizcocho con una bola de helado de tu sabor preferido para preparar un postre increíblemente delicioso.

Un consejo: La adición de café instantáneo realza aún más el carácter chocolatado de estos bizcochos sin añadir ningún sabor perceptible a café.

Este bizcocho de chocolate es igual de fácil de preparar y hornear que el gran clásico de la repostería: el bizcocho de yogur. ¡Y se termina igual de rápido!

Consejos para el bizcocho de chocolate perfecto

Hacer un bizcocho de chocolate desde cero puede parecer una tarea desalentadora, pero realmente es muy fácil, no se tarda tanto y el resultado bien vale la pena.

Con estos consejos sobre cómo hacer un bizcocho de chocolate podrás sentirte más cómodo haciendo uno desde cero.

Y realmente, pocos dulces caseros son tan deliciosos como un buen bizcocho de chocolate. Así que lee estos consejos e inténtalo.

Utiliza ingredientes que estén a temperatura ambiente, incluyendo huevos, leche, mantequilla y vainilla.

Puedes atemperar los huevos un poco más rápido colocándolos en un recipiente con agua tibia durante media hora.

Consigue una mantequilla ablandada más rápido cortándola en trozos pequeños y dejándola reposar durante 15 minutos.

Siempre utiliza extracto puro de vainilla, no esencia o aroma de vainilla que se encuentra en la mayoría de las tiendas o supermercados.

Utiliza el doble de extracto de vainilla en tu bizcocho para realzar el sabor del chocolate.

Siéntete libre de experimentar reemplazando la leche por yogur o crema agria para lograr diferentes texturas y sabores.

El pastel de chocolate combina especialmente bien con sabores más ácidos como la crema agria, el yogur griego y el buttermilk.

Si te atreves, usa mayonesa en vez de leche. Tendrás un bizcocho más cremoso y húmedo.

Otro gran sustituto en la receta son las remolachas cocidas, hechas puré y enfriadas. Utilízalas en lugar de leche para obtener un delicioso sabor.

El bizcocho de chocolate es un lienzo fantástico para otros tantos sabores diferentes. Añade plátanos, chispas de chocolate blanco, café, canela o incluso cayena para una especia sorpresa.

Si no has probado un poco de espresso al hornear con chocolate, realmente deberías hacerlo.

El espresso en polvo trabaja para elevar los sabores de la misma manera que el extracto de vainilla.

Para lograr una consistencia esponjosa, vale la pena tomarse un tiempo batiendo la mantequilla con el azúcar, hasta que estén esponjosos y de color amarillo pálido, por lo general al menos cinco minutos.

Al alternar entre ingredientes secos y húmedos, siempre comienza y termina con los ingredientes secos.

Evita mezclar en exceso mezclando sólo hasta que los ingredientes estén combinados.

Mide el azúcar con la mayor precisión posible. Demasiado azúcar forma una corteza más oscura, y muy poco crea una corteza demasiado clara y una miga demasiado dura.

Mide la harina con la mayor precisión posible. El uso de demasiada harina hará que la parte superior se agriete.

Bate ligeramente los huevos antes de añadirlos al resto de la mezcla.

No omitas la sal. La sal ayudará a resaltar el sabor de los ingredientes restantes.

Da unos golpecitos con el molde en la encimera para ayudar a que la masa se distribuya más uniformemente y para conseguir una parte superior más uniforme.

Si horneas más de un bizcochos a la vez, colócalos en el horno distribuidos uniformemente para asegurarte de que se horneen homogéneamente.

Ve girando los moldes durante la cocción para que todos reciban la misma cantidad de calor.

No abras el horno durante los primeros 20 minutos para que no entre aire dentro y el pastel se levante correctamente.

Cuando empieces a oler el bizcocho, sabrás que está casi terminado.

Evita hornearlo demasiado porque el cacao secará el bizcocho. Un pastel seco nunca sabe tan bien como uno húmedo.

Es mejor pecar de poco que de mucho. Si sobre cueces el bizcocho, no hay mucho que puedas hacer. Pero si no está del todo cocido, seguirá teniendo un sabor húmedo y cremoso, y siempre puedes volver a ponerlo en el horno.

Utiliza moldes brillantes, ya que los moldes oscuros hacen que los bordes se oscurezcan y endurezcan rápidamente.

Espolvorea el molde con cacao en lugar de harina para evitar que el pastel se pegue. Obtendrás los mismos beneficios de la harina, mientras agregas más sabor a chocolate.

Si estás cocinando a gran altitud, la altitud puede hacer que el bizcocho suba más rápido y se seque más fácilmente. Puedes contrarrestar estos efectos aumentando la cantidad de líquidos y disminuyendo el azúcar.

Aumenta el líquido en 2 cucharadas por cada 250 ml y disminuye el azúcar en una cucharada por cada 200 gr.

También puedes reducir el bicarbonato de sodio y disminuir el tiempo de horneado de 3 a 5 minutos.

Escoge una receta con la que te sientas cómodo, y luego prueba otra que sea más difícil, hasta que sientas que puedes dominar cualquier receta.